Nos costó mucho sentarnos a escribir sobre el último ritual antes de la cuarentena. Fue raro, especial, diferente. La sensación de que sería el último por un largo rato era latente y evidente, así que lo encaramos con pilas, valentía, coraje y resignación. Tal vez por eso es que salió tan lindo. Tal vez por eso "Antes y Después" sonó más fuerte que nunca.

Eran las 8 de la noche y todavía nos preguntábamos si el show se suspendía o se haría. Marus Arocha, la invitada de la noche, estaba esperando firme al pié del cañón para arrancar hacia el Paseo La Plaza, así que apenas le llegó la confirmación emprendió su viaje mientras, en la puerta del Paseo, veíamos como uno tras otro los shows se cancelaban por falta de público.

Poca gente había en la calle y, de esos pocos, menos eran los que dejaban que un volantero se les acercara. Por eso, la preventa fue fundamental para asegurar una cantidad mínima de espectadores, a pesar de que muchos decidieron ausentarse a último momento.

Los claros entre la platea eran evidentes, pero aún así la cantidad de público y el esfuerzo que habían hecho para estar allí ameritaban que les ofreciéramos nuestro mejor show.

Y así fue. Maxi Grillado arrancó felicitándolos por ser de los pocos valientes que se animaron a salir esa noche y, a partir de entonces, todo fue risas y más risas. El concurso (esta vez conducido por Maxi y con Roberto Miranda enfrentando a todos los espectadores ya que evidentemente no era momento de hacer subir a nadie al escenario) y la buena performance de Marus Arocha que le puso toda la onda para que saliera un show estupendo fueron los únicos cambios con respecto a la estructura habitual en una noche que disfrutamos con mucha incertidumbre, ya que quien sabe cuando volveremos a vernos. Por ahora... a quedarse en casa, a cuidarse, a aguantar y a esperar.