• Posted by : Colapsados Humor lunes, 20 de agosto de 2018


    El viernes 17 de agosto el ritual de Colapsados no salió como estaba planeado. Por un lado, a último momento Franco Catalano tuvo que cancelar su presentación porque estaba literalmente sin voz. Por otro, Marus Arocha se llevó la sorpresa de que la estética del show estaba especialmente ambientada con la música de una de sus bandas favoritas, Los Piojos. Como si eso no fuera suficiente, decidimos que Marus dividiera su material en dos bloques en lugar de reemplazar a Franco y la apuesta salió redonda.

    Marus estaba encantada de la vida. Se probaba el buzo de Los Piojos que Maxi suele usar para el cierre del show y se sacaba una foto tras otra, así que le propusimos que, esta vez, fuera ella quien lo usara. Por supuesto, se sumó al cierre con un entusiasmo impresionante.

    A las 23:00 hs. en punto, las luces de la Sala George Harrison se apagaron por completo y comenzó a sonar la cortina de presentación. La temperatura en los camarines y en la sala no paraba de subir hasta que los primeros acordes de "Banda de Garage" empezaron a sonar y Maxi Grillado apareció en escena. Tras la presentación y un breve monólogo basado en sus experiencias en los bolishoppings y la descripción de su barrio, dió paso a la primera aparición de Marus, quien hizo reír a los espectadores con su particular humor rockero y urbano. A Marus le encantan las anécdotas y, por cierto, las que tiene son muy buenas.

    Minutos más tarde, Maxi y Rober interpretarían "La Grieta" con el ukulele, el gran hit de Colapsados que deja a los espectadores una muy buena reflexión.

    Tras la segunda presentación de Marus, Roberto Miranda se despachó con una de sus mejores performances, ya que Marus había preparado a los espectadores para que el pelado se luciera en la misma tónica que la comediante.

    Una vez más, antes de la despedida Maxi y Roberto interpretaron la parodia de "Felices los 4" y, como era de esperar, fue muy festejada por el público. El final, como ya dijimos, fue a todo trapo. Rober y Marus se pasearon por la sala e hicieron cantar hasta a los muertos mientras Maxi desde el escenario dejaba lo último que le quedaba de garganta. Un ritual más piojoso que nunca, de esos que vale la pena repetir y hacen que muchas personas vuelvan a ver el show una y otra vez.

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