El viernes 2 de marzo vivimos una noche de Stand-Up de gala en el Paseo la Plaza junto al correntino Andrés Cilia en "Colapsados"

Andrés Cilia es un comediante distinto. El correntino es una de las grandes promesas del humor argentino, lo que no significa que no sea uno de los comediantes más graciosos de la actualidad. Su monólogo es fresco, natural y 100% efectivo. Cuando se sube al escenario, podemos ver a un tipo humilde contándonos anécdotas sobre su vida como si estuviera en una charla de café. Así y todo, despierta carcajadas interminables que muchos comediantes y humoristas jamás lograrían aun esforzándose al 100%. Andrés Cilia es él mismo. No necesita inventarse un personaje para hacer reír y siempre nos deja con ganas de escuchar un rato más de las aventuras y desventuras de su vida. No por nada, ha sido elegido para participar del festival Ciudad Emergente 2017 y ha superado la prueba con creces.

Pero a las 11 de la noche, Andrés estaba en el camarín. Fue Maxi Grillado el primero en aparecer después de la cortina de presentación para charlar con el público, contarles de qué se trataba el show y mechar pinceladas de su material para poner a los espectadores en clima para que, minutos después, el correntino apareciera en escena.

Diez minutos fueron suficientes para que Andrés les demostrara a los espectadores lo que a nosotros tanto nos cuesta resumir en palabras. El correntino, entre fuertes aplausos, dejó lugar al dúo musical para que Maxi y Rober interpretaran el hit que tanto está dando que hablar y del que no pensamos contar mucho más: lo tienen que ver en vivo.

Roberto Miranda quedó solo en el escenario con una dura tarea por hacer: sostener el excelente clima creado por una presentación participativa, un monólogo inmaculado y el hit indestructible. Y no. Roberto no nos sorprendió: lo logró de taquito, como siempre. Rober tiene un monólogo muy flexible que adapta con una facilidad increíble a cada circunstancia, y lo planificó en vivo con la categoría que lo caracteriza para encontrar el final en el momento indicado para dar fin al ritual.

Al final, los tres comediantes y el público entonaron el himno con el que el ritual de Colapsados se consolida cada viernes para dar comienzo al sábado. Fue una noche más a pura risa como las que tanto nos gustan: Generando una comunión que se concreta con saludos, besos, abrazos, felicitaciones y promesas de regresos en la puerta de la Sala George Harrison del Paseo La Plaza. La casa sigue en orden... pero cada vez más prolija.